Presentación del volumen 1 de poesía: '20' de Víctor Quezada


Con mucho agrado y tiempo de tardanza presentamos este libro, el primer volumen de nuestra editorial: '20', de Víctor Quezada, poeta nacido en Antofagasta el año 1983. Diciembre del 2004 fue la fecha de su publicación. Ahora queremos ofrecer una selección del texto.




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V
Un estremecimiento acá en la baja luz de los silencios… la cadencia de deseos siempre inútiles y conducentes al remuerdo sosegado en las yemas ágiles y atolondradas más Pero un temblor profundo llegado del carcajeo creído en la lejanía de un sonido de puertas y pasos cerrados al dominio ido de las noches
Y un caballo solo arrastrando delante el estupor del anciano por lo fementido que llevamos a cuestas en paseo eternamente perecible al desdén
Y ahora,
Tán solo,
Triste domo arácnido el sosiego en la penumbra!
VII
Tramonte celeste monte y descienda cuanta ventana encuentre del nicho este! Reposados ojos que de qué sirvieran pregunto en la iluminación, si ciego más vale cuando lacera de amor lo epifanio de entraña Pues extrañar debo los velos no más y no ver aquí santa rendida saeta de mis espasmos vientre, o tampoco la sábana cofia que mano tenue ornara rostro ¡santa maría madre de dios! que allegaste el yeso tornado carne en mis muslos y caí mares tu garganta o aguas tu boca ahogando Ya viajero Ya horizonte Y ahora vuelta invoco travesía sentado las camas que tanto tengo tendido, la muda molicie callada silencios de ojos abiertos, remedo de mares o llaves noches de niño insomniado fundiendo amarillo el miedo solito
Nocturno celeste traedla virgen a rezar mis sábanas y dejadme… soportad mi vista tendido en ellas… pues tengo cansancio de tanto ir tentando paredes que le parezcan, de mucho ir quebrando brazos llorando ruedos
Vocando preces detenla, mañana! dejad la boca amada en el amado transformada
VIII
Puedo sembrar lirios boca abajo, atardecerme los ojos de tardanza y esperar despacio la trinidad henchida de nosotros, aquel océano implotado en estómago que se juntase al mío creyéndome hembra seguido, cuando el cabello rubio reposara fricciones en mis hombros y confundiérase, viéramoslo amalgamado más tordo que alazán por el sol que practica ser bocado, servicio de reina tierra, de reino mar océano implorado Puedo hacer reírte muerte amenazando tus plantas con plumas, puedo escupirte pistolas tal guanaco quisquilloso que se deshuye impávido juntando los labios Así ser iluso no se perdona, así ser iluso se mastica por la mañana cuando el desayuno no existe más que en la vecindad próxima Ay si viera tierras lejanas venir cantando, ay de mis madres que se mueren mordiendo como canciones se pierden gargantas El gallo dejará de picotear la tercera vez cuando pedro reviva gusano y hable No tengo otra boca que esta dirá, no tengo otra boca que esta de tierra, no tengo sino lirios que cantar
X
Me han prometido desentrañarme cuando corazón pospuse al viento niño temeroso, prometídome la cáscara deshojar para volvernos jardines y creerme yo la iridiscencia de los cielos, mas celeste solo obtuve en las mañanas solas de los tresoros vueltos un único y triste andamio, exclusivamente el desconsuelo de las palmas me han dejado yertos los suelos cementales Y cómo, cómo en estos tiempos falsear temporales, cómo escapar nubes arriba si tan pequeño no alcanzo a penas el techo… cuánto he de necesitar esta escalera triple sin engañarme la altura de los cielos o más arriba intentar remontar, si me han prometido pechos abiertos y aire nuevo en un respiro como sangre Y todo ha caído igual lo quisiéramos… pero ya no en el dulce y querido manantial del mar Todo ha caído como mi nombre seis veces letra a letra de la mesa ahora vuelta ayuno Y ay!
Hay un suelo duro esperando abajo
hay un mantel que intentamos asir volteando el pan y ahora el vino en nuestros rostros
XIV
Veces me sentí trasteando por celestes montes ayudado en la caída risueña por materno féretro o capullo blanquecino mortajeante: sutil frescor verdeado si lo pienso y no imagino, si no ensucio o enaltezco el amorsuyo o de ella no existiendo, pero siempre allí presente en la memoria que no tuve y pedí silenciado en noches, amarilleando cada vez que creciera y fuera descontándome terneces Si no mancho y dejo vacías páginas -pues la dejé tirada a ella suelos cada vez más blancos llorando mi boca huida- allí debiera aún, al menos en el recuerdo o quizás ahora humeando pues el sol vuelve sincero la paciencia del ruedo, estar sintiendo no traidora la madera, al final del camino, cuando el celeste trocara noche por sus pálidas ansias de antaño
XV
Bien sé escribir que hubo y habrá viento que pintara verde allí donde rodar La caída como a la madre escribir o recordar que esta luz fue como la primera vista cuando saltara muertes no queriendo
El sol flamea fácil me ha sido otorgado
y el recuerdo silente volviendo tal Itaca un presente, lo mismo que el comienzo de esto
pues tengo dedos que cántanme ahogados en la sangre
Pero
-¡la adversación inclaudicable de los ojos!-
Pero no ver puedo a los hombres pájaros que retozan abotagados los árboles, ya que tal vez me quedo en la sonrisa anciana solo, no pudiendo despegar el reflejo eterno del cuerpo descompuesto en la ventana, tirado Y si hablé de una luz, tengo que decir el histérico tormento del destierro carnal…
Sin duda lamenta saber que todo es tan simple como el fornicio temblor en primavera
XVII
Abrumada por la noche yo te dije mi corazón cristal cuando tratabas tras la ventana de atisbar la sangre y así afirmar mi vida yacente en los remilgos. Tropel de gestos que escribían desbandada manada febricia en el vidrio empañado
Yo estaba limpio como desierto impío y corría feliz apenas el velo tocando por impedirme la luz y el espejo gigante que tengo de estadía Bello como celeste tramo inaccesible, sonriente tal delicioso ruedo verde hacia los límites del padre
Y así caía hasta el invierno de la piedra
Iba cayendo en delicada silueta bien atado el bote a un árbol primero
Corría y corría sonrisas, saltando corría feliz apenas el velo tocando y cantaba sin voz u oía el silencio…
Pero la felicidad me ganó las partidas, el entusiasmo terminó por quitar no en el tiempo perdido debí…
Y ahora me oscuro
XVIII
Imagino mi vuelo tras abierta la ventana, y abierto no he nada aquí tranquilo, pero sin duda volando tierras desconocidas fui, cuando oscuras sendas agrietaron cielo llevándome antes descubierta la noche, gustando en este día creer que el tiempo no es sino quien vencer y matar bien adiestrado por la nata en los labios, confundido en piedra así no me embebiera en saliva anciana
Y matéme padre teniendo que soportar lágrimas de diosa por inviernos largos, aunque llegado verano confundiera hidropesías con nostalgia, o ahora creyéndolas objeto y fin de mis tristezas, hiciéralas sediento una vez vaciadas las copas de vino, que se enclaustran en mis orejas por llamar el mar
(Y si tan lejano estuvo... este futuro no es más que muestra de dobladas distancias)
Porque al parecer no he estado sino aquí, queriendo volverme o llegar definitivamente, quizás escapar de verdad y no en sueños hacia la puerta allá arriba por languidecer mi sombra en la reverencia del mármol, y perder los brazos sin preguntar si por ahí anda anciana o descabezada como la encontré, más bien, como la dejé en el cansancio
Pero ahora soy yo quien está cansado, y berrincho si quieran, berrincho como dijeran ustedes incapaces de comprender lo que perdido han, más ufanos que el silenciado incompetente que vela sus torpezas en el fango, allí donde no me verán aunque negado de nombre esté, puesto que si quieran verme deberán levantar los ojos, o simplemente soportar la mirada aplastándoles para de nuevo ensuciarles el rostro

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